FANZINE TRIMESTRAL

Aquí encontrareis la versión online del fanzine "gultamato monosódico". Podéis copiarla, venderla, quemarla o lo que queráis.

GLOBALIZACIÓN Y BUITRES

Este es el futuro. Dicen seguros de si mismos que no hay otro. Mientras, se ajustan la corbata en la papada. 
Países como enormes mierdas en busca de moscas inversoras. Hay que apestar. Debes estar podrido, inundar de hedor todos los rincones que puedas para atraer a las moscas. O a los buitres carroñeros, estos son mejores, con sus grandes alas, sus picos corvados, sus fondos de riesgo. Para estos necesitas cadáveres, podredumbre. Nosotros en el suelo, vivos, cegados por los rayos del sol, conscientes de ser un futuro manjar. Vemos sus alas y sus picos corvados, sus papadas y su codicia. Nos han vendido. Malditos burócratas, eslabón perdido entre la envidia y la avaricia. ¿Para qué? Apenas unas migas les esperan tras el banquete.

Carroña viva, eso es lo que queréis. Señuelos para invitados ilustres. Higiénica basura lista para el consumo. Espero no daros el gusto. Espero ver como os atragantáis.

Mientras intentaremos levantarnos una vez más, mirando a los buitres llegar, esperando el momento oportuno.  

LOS VECINOS Y EL DIABLO

Cuatro señores mayores se miran a los ojos en silencio. Están sentados en sillas azules, cómodas. La sala en la que se encuentran es amplia, bien iluminada y aclimatada, con grandes ventanas, ordenadores y archivadores. Son la asociación de vecinos, o lo eran. Antes, no tanto antes, eran jóvenes y eran muchos. Hasta tenían cierto poder, colectivo, del que no queda. Claro, pactaron con el diablo. Él les prometió espacio, ordenadores, archivadores. Ahora les falta el alma, aquella que les arrebató, por ordenadores, archivadores y un puñado de clips. Archivan recuerdos de quien han sido, grandes logros pasados, de cuando faltaba de todo. Menos ganas. Se miran a los ojos, cuatro señores mayores alrededor de la mesa. Cuando se levanten nadie ocupará su lugar, quizás el diablo, que les ronda, cerca. Huele el miedo, y de ello se nutre, con sus contratos, y sus cesiones, sus laberintos y sus burócratas. Para vencer al diablo debes ser más listo que el mismo diablo. Para vencer al diablo debes ser el diablo. Eres el diablo y pactas con el diablo. Cuatro señores mayores, sentados alrededor de una mesa. Una hucha vacía, las fiestas del barrio.

Todo barrio si se lo propone puede ser un barrio Heineken.